In just under two weeks we begin the holy season of Lent. The first Sunday of Lent helps us reflect on the temptations of Our Lord in the desert. So here are four ways to strengthen our ability to fight the temptations of the world, the devil and the flesh and to maintain ourselves on the pathway to holiness.
1. Frequent the Sacraments of Confession and the Most Holy Eucharist: Nothing weakens our ability to fight temptations more than living in a habitual state of mortal sin. The more we divorce ourselves from God through sin, the more susceptible we are to giving in to Temptations. Even venial sin can chip away at our relationship with God and can weaken our ability to resist evil. Frequent confession of sins, then, is the primary way we have to put an end to our life of sin and start out on a new path.
Along with confession, the sacrament of the Most Holy Eucharist is even more powerful in building up our ability to resist evil and grow in intimacy with God. This makes perfect sense as the Most Holy Eucharist is the real presence of Jesus Christ, and especially when received in a state of grace after confession, it is the greatest means of getting and staying closer to God.
2. Consistent Prayer Life: A person who frequents the Sacrament of Confession and the Most Holy Eucharist must also have a consistent daily prayer life. The key word is consistent! This puts a person in a daily state of grace and relationship with God. A person who regularly converses with God and practices other strong spiritual habits, such as frequent reading of Scripture as well as praying the rosary and other private prayers, will notice how much easier it is to resist temptation and keep close to Our Lord.
3. Fasting: St. Thomas Aquinas identified three values in fasting: repression of one’s concupiscence of the flesh, atonement for one’s sins, and the disposition of oneself to higher things. Christian fasting, together with prayer, provides the most powerful means of healing. Naturally, each of us must discern what kind of fasting we are called to practice. For us who live in the world and have many responsibilities (such as our families) we cannot fast so much as to neglect our own vocation. Other penitential acts which complement fasting include works of charity, such as the corporal and spiritual works of mercy, and alms-giving.
4. Sacramentals: Sacramentals are anything set apart or blessed by the Church for the purpose of sanctifying our lives and leading us to the sacraments. They are sacred signs and provide for us grace (spiritual help) through the intercession of the Church. Some of the most common sacramentals are Holy Water, the Brown Scapular, St. Benedict medals, and the Holy Rosary. These, and other sacramentals, can also sanctify various things and situations in our everyday lives, teaching us, by the divine grace which flows from the Paschal mystery of the Passion, Death and Resurrection of Christ, to pause, lift up our minds and hearts, and be reminded of things that are above.
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4 maneras de mantener alejado al diablo que no sólo evitarán que éste tenga poder sobre ti, sino también estarás en el camino hacia la santidad escrito por Philip Kosloski. Tomado de https://aleteia.org/2016/03/14/4-ways-to-keep-the-devil-away/
1. Frecuenta los sacramentos de la confesión y la eucaristía: la forma más común en que un demonio puede entrar en la vida de alguien es a través de un estado habitual de pecado mortal. Cuanto más nos divorciamos de Dios a través del pecado, más susceptibles somos al ataque del demonio. Incluso el pecado venial puede destruir nuestra relación con Dios y puede exponernos a los avances del enemigo.
La confesión de los pecados, entonces, es la forma principal que tenemos para poner fin a nuestra vida de pecado y comenzar un camino nuevo. No es casualidad que el diablo tratara implacablemente de asustar a San Juan Vianney para que no escuchara las confesiones de los pecadores endurecidos. Vianney sabía que un gran pecador vendría a la ciudad si el diablo lo acosaba la noche anterior. La confesión tiene tanto poder y gracia que el diablo debe huir de una persona que frecuenta ese sacramento.
Junto con la confesión, el sacramento de la Sagrada Eucaristía es aún más poderoso para alejar la influencia del diablo. Esto tiene mucho sentido, ya que la Sagrada Eucaristía es la presencia real de Jesucristo, y los demonios tienen un poder absolutamente nulo frente a Dios mismo. Especialmente cuando la Eucaristía se recibe en un estado de gracia después de la confesión, el diablo simplemente no tiene a dónde ir, sino que regresa de donde vino …
2. Vida de oración consistente: una persona que frecuenta el sacramento de la confesión y la Eucaristía también debe cumplir con una vida de oración diaria consistente. La palabra clave es consistente! Esto pone a la persona en un estado diario de gracia y relación con Dios. Una persona que conversa regularmente con Dios nunca debe temerle al diablo. Los exorcistas siempre sugieren a las personas poseídas que cumplan con fuertes hábitos espirituales, como la lectura frecuente de las Escrituras, así como rezar el rosario y otras oraciones privadas. Tener un horario diario de oración es lo más beneficioso y mantiene a los demonios alejados.
3. Ayuno: este consejo viene directamente de los Evangelios, cuando Jesús dijo a sus discípulos: “Esta clase no puede ser expulsada por nada que no sea la oración y el ayuno” (Marcos 9:29). Cada uno de nosotros debe discernir qué tipo de ayuno debemos practicar. Para nosotros que vivimos en el mundo y tenemos muchas responsabilidades (como nuestras familias), no podemos ayunar tanto como para descuidar nuestra propia vocación. Al mismo tiempo, si queremos mantener alejados a los demonios, debemos desafiarnos a nosotros mismos a ayunar más allá de renunciar al chocolate para la Cuaresma.
4. Sacramentales: los exorcistas no sólo usan los sacramentales (el rito del exorcismo es un sacramental) sino que también aconsejan a las personas poseídas que usen sacramentales con frecuencia. Son un arma poderosa en la lucha diaria para evitar que el diablo regrese. Los exorcistas sugieren que los sacramentales como la sal y el agua bendita no sólo se guarden en casa, sino que se lleven a donde sea que vaya una persona. Incluso los sacramentales como el escapulario marrón tienen un gran poder sobre los demonios. El venerable Francis Ypes contó cómo un día se le cayó el escapulario. Cuando lo reemplazó, el diablo aulló: “¡Quítate el hábito que nos arrebata tantas almas!”
Si quieres protegerte de cualquier poder maligno, toma en serio estos cuatro métodos. No sólo evitarás que el diablo tenga poder sobre ti, también estarás en el camino de convertirte en un santo.
Philip Kosloski es escritor y blogger. Su blog se puede encontrar en philipkosloski.com
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