This week, I’d like to share a short reflection I gave this past Thursday at daily Mass.
In today’s passage, Jesus says that our Heavenly Father will gladly and lovingly provide whatever we need, provided we ask for it. One reason why God has arranged things this way is that if our needs were automatically provided for, a great number of us would not even realize there is a God, or we would easily forget him. When we ask God to provide for our needs, we implicitly recognize his existence and authority in our lives. God wants us to do this.
But there are even more important reasons God wants us to ask. It is in asking that our faith grows. The more I ask, the more I come into a personal relationship with God. If I never had to turn to him for my needs, I would never realize how much he wants to be a part of my life. But when I have to ask, especially if I have to put some time and effort into it, then, when my needs are satisfied, it will be very clear that God did it. It will be clear that it wasn’t me, or luck, or anything else, but God.
Conversation with Christ: Dear Jesus, so often we expect you to take care of us without our having to ask. Help us to live our dependence on you through the practice of asking you for our needs. Increase our faith through our prayers so that we see our real reliance on you and how much you do for us. Amen.
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Esta semana, me gustaría compartir una breve reflexión que di el jueves pasado en la misa diaria.
En el pasaje de hoy, Jesús dice que nuestro Padre Celestial proporcionará con gusto y amor todo lo que necesitemos, siempre que lo pidamos. Una de las razones por las que Dios organizó las cosas de esta manera es que si nuestras necesidades se cubrieran automáticamente, muchos de nosotros ni siquiera nos daríamos cuenta de que hay un Dios, o lo olvidaríamos fácilmente. Cuando le pedimos a Dios que satisfaga nuestras necesidades, reconocemos implícitamente su existencia y autoridad en nuestras vidas. Dios quiere que hagamos ésto.
Pero hay razones aún más importantes que Dios quiere que pidamos. Una de ellas es pedir que nuestra fe crezca. Cuanto más pido, me involucró más en una relación personal con Dios. Si nunca tuviera que recurrir a él por mis necesidades, nunca me daría cuenta de lo mucho que quiere ser parte de mi vida. Pero cuando tengo que preguntar, especialmente si tengo que dedicarle tiempo y esfuerzo, entonces, cuando mis necesidades estén ya satisfechas, quedará muy claro que Dios lo hizo. Quedará claro que no fui yo, ni la suerte, ni nada más, sino Dios.
Conversación con Cristo: Querido Jesús, muchas veces esperamos que nos cuides sin que te tengamos que preguntar. Ayúdanos a vivir nuestra dependencia de usted a través de la práctica de pedirle nuestras necesidades. Que aumente nuestra fe a través de nuestras oraciones para que podamos ver nuestra confianza real en usted y cuánto usted hace por nosotros. Amén.
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